John trató de llamar a su esposa pero no recordaba que ella no disponía de un celular, ya que semanas atrás lo había perdido. En su desesperación, el policía olvida por completo la nota que halló en la sala; guardo los cabellos en su billetera y se dirigió velozmente a su oficina al departamento de policías, en busca de Makie Jackson, su compañero de trabajo, quien llevaba el puesto de rastreador de identidades. El le pide a John que salga por un momento de su oficina, ya que el rastreo de identidad era una operación muy delicada y totalmente privada. Un momento después, John vuelve a buscar a Makie pero este no estaba en su puesto, la puerta de la oficina estaba cerrada, trató de ver por la ventana la computadora de su compañero pero le era imposible ver lo que decía en ella, ya que la luz del día se reflejaba directamente en la pantalla de la maquina. John busca alguna manera de entrar a la oficina de Makie para asegurarse si es que el ha encontrado algo respecto al cabello dorado que encontró en la alfombra de la casa de Antonella. Muy asustado decidió romper el vidrio envolviendo su puño en un pañuelo que encontró en el bolsillo de su camisa. Finalmente, entró a la habitación; encendió el monitor y esperó a que este se prenda. John aprovechó todo el tiempo posible en ver que es lo que su compañero habia encontrado antes de que alguien se acerque. De pronto, exclamó, “¡No puede ser,¿como es esto posible?!”, la foto del oficial Jackson estaba en la pantalla, junto con otros datos de el. El policia se dio cuenta de que los cabellos dorados eran de Makie Jackson. John rápidamente dedujo que esa era la razón por la cual Makie había desaparecido. Sin pensarlo, el policía abrumado salió de la oficina y agarró el teléfono que estaba en la mesa de la sala de espera para llamar a Makie, este no contestó, volvió a levantar el teléfono pero esta vez fue para llamar a el jefe de la comisaria nacional para denunciar a su traidor compañero,“¿Aló, en que lo puedo ayudar?”, dijo la señorita que respondió la llamada de John, “ Estoy llamando para…..”, dijo él, pero antes de terminar la oración se quedó helado, una nota que estaba en el mesa del teléfono le hizo recordar la nota que había encontrado en la casa de su esposa. Pasaron unos segundos de silencio. El policía se congeló por un instante, mirando hacia la gran ventana que estaba al frente ha el. De pronto, vio pasar a una mujer muy llamativa, era la mujer de los cigarrillos, atrás de ella había un carro de color negro en el cual unos hombres y Makie Jackson hicieron subir a Antonella. Una vez más volvió su mirada a la mujer. Ella tenía en su mano la nota que habían dejado en la casa de la esposa de John. La mujer misteriosa rompió la carta en dos, arrojándola al suelo, y sacó de uno de sus bolsillos la foto de un hombre viejo, de aspecto muy maltratado, el cual le era muy familiar a John. Estos segundos pasaron como si fueran años. John recordó que ese hombre fue el que había arrestado un día antes de que se encuentre con la mujer que tenía al frente. La mujer volvió su mano hacia atrás, era un arma lo que sacó esta vez, hizo un gesto de desprecio, apuntó fijamente y disparó.
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